Por Pedro Panigazzi
(Primer click). Mi teoría dice que algo del título hace link con alguna motivación propia, toca alguna fibra interior y es recién entonces que este párrafo logra tener una chance de ser leído. Tal vez menos que eso, sólo un escaneo rápido, lectura de negritas. Y en este punto si estuviéramos en Internet podrías dejar tu post diciéndome si crees que mi teoría es cierta ó si la motivación fue otra ó tal vez sólo quieras seguir leyendo para saber cuál es mi punto.
(Segundo click) Así es un poco él código de Internet, el código de los medios digitales. Consumir algo que despertó el interés suficiente, hasta que ese interés desaparezca ó sea capturado por otro contenido. Un espacio donde lo más interesante no es consumir si no opinar sobre lo consumido (interactuar con lo consumido). Y dónde definitivamente lo más interesante de todo es poder establecer un vínculo con un otro desconocido en el trato corporal pero conocido en los gustos, la necesidad, la onda, la solución, la opinión, las ganas. Seguimos.
(Tercer click) Estudié Cs de la Comunicación, aclaro esto por una cuestión de contexto y mirada personal. Una de los fenómenos de variación de sentido que más me impacta en Internet es la superposición en los criterios de verdad y verosimilitud. Para un usuario promedio, es tan verdadero lo que publica un medio masivo y tradicional (un diario) sobre un tema, como lo que publica una persona ordinaria de la comunidad a la que pertenece (entiendan por comunidad, blogger, flickr, fotolog, myspace, orkut, second life, etc). Entonces fíjense qué interesante lo que ocurre, como consumidor de información/entretenimiento, el usuario queda parado en el lugar que siempre tuvo en términos de receptor de mensajes pero ahora de forma consciente. Lo digo más simple, caemos en la cuenta de que lo que queramos creer depende más de nosotros que de las credenciales de quien lo dice, donde esas credenciales son igual de rígidas y flexibles para un medio masivo cómo para mi amigo blogger.
Donde ambos (el diario y mi amigo) llevan adelante el ejercicio permanente de renovar sus credenciales basados en la comprobación que pueda ocurrir de lo que dicen. ¿Seguimos?
(Cuarto click) Me encantaría poder decir que ahí termina todo el efecto de este fenómeno comunicacional, pero hay algo todavía más interesante. Con tantos usuarios publicando sus propios contenidos, construyendo vínculos y relaciones a partir de esos contenidos, se produce un segundo fenómeno que impacta directo en la forma que tenemos de construir sentido (y esto afecta también a la publicidad que también es un sentido). Para explicarlo voy a utilizar una analogía: Todo creativo a lo largo de su carrera desarrolla la capacidad de persuadir, influenciar, seducir, provocar; nómbrenla como se sientan más cómodos. En resumen, aprendemos a tocar fibras sensibles en los consumidores. Y una vez que uno aprehende esa habilidad y la comprende, nunca más vuelve ver un contenido con los mismos ojos ingenuos que antes de poseerla. Bueno, todos los usuarios que actualmente crean su propio contenido en Internet están aprehendiendo lo mismo, están dejando de ser ingenuos. Nunca antes en la historia fue tan simple y tan económico volverse un medio en sí mismo; tener la capacidad de difundirse a uno mismo con un alcance tan amplio (recuerden que hay 1.000 millones de personas conectadas a la red y que la revista Time eligió como personaje del año a cada uno de nosotros).
(Quinto Click) Entonces mi punto. Ser un creativo digital más que un desafío es una exploración. Es recorrer territorio virgen. Es preguntarse todos los días cómo será la mejor forma de transmitir los valores de una marca, cómo establecer el vínculo con el resto de los usuarios (de ida y de vuelta). Como volverse un contenido atractivo de esos que logran que todos se lo pasen. Ser creativo digital es competir contra lo mejor de la creatividad a secas. Uno no busca destacarse en la tanda, busca destacarse. Punto.
(Sexto Click) Y la explicación del título. Una cosa que siempre me llamó la atención de la profesión es que trabaja donde otros se divierten. Ahora bien, ¿se imaginan la profesión sin paga? Me pregunto si llegado ese lugar quedará sólo hastío y sin sentido ó será la puerta de acceso a divertirnos con los demás. Creo que los creativos digitales y las marcas tenemos justamente la gran oportunidad de explorar nuestros propios límites creativos. De aprehender cómo es linkearse con los demás, establecer gustos comunes con los demás, divertirse con los demás. Pero no quiero que quede en una sentencia naif. Internet es uno de los espacios más colectivamente lúdicos que existe. Es hora de jugar.